Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito. (R)
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito. (R)
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. (R)
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero. (R)