La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. (R)
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. (R)
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. (R)
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y eternamente justos. (R)
Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. (R)