Los salmos en la tradición de la Iglesia


1.
En la carta apostólicaNovo millennio ineunteexpresé el deseo de que la Iglesia se distinga cada vez más en el «arte dela oración»,aprendiéndolo siempre de nuevo de los labios mismos del divino Maestro (cf. n. 32). Ese compromiso ha de vivirse sobre todo en la liturgia, fuente y cumbre de la vida eclesial. En esta línea es importante prestar mayor atención pastoral a la promoción de laLiturgia de las Horas, como oración de todo el pueblo de Dios (cf.ib.,34). En efecto, aunque los sacerdotes y los religiosos tienen un mandato preciso de celebrarla, también a los laicos se les recomienda encarecidamente. Esta fue la intención de mi venerado predecesor Pablo VI al publicar, hace poco más de treinta años, la constituciónLaudis canticum, en la que establecía el modelo vigente de esta oración, deseando que «el pueblo de Dios acoja con renovado afecto» (cf.AAS63 [1971] 532) los salmos y los cánticos, estructura fundamental de la Liturgia de las Horas.

Es un dato esperanzador que muchos laicos, tanto en las parroquias como en las agrupaciones eclesiales, hayan aprendido a valorarla. Con todo, sigue siendo una oración que supone una adecuada formación catequística y bíblica, para poderla gustar a fondo.

Con esta finalidad comenzamos hoy una serie de catequesis sobre los salmos y los cánticos propuestos en la oración matutina de las Laudes. De este modo, deseo estimular y ayudar a todos a orar con las mismas palabras utilizadas por Jesús ypresentes desde hace milenios en la oración de Israel yen lade la Iglesia.

2.
Podríamos introducirnos en la comprensión de los salmos por diversos caminos. El primero consistiría en presentar su estructura literaria, sus autores, su formación, los contextos en que surgieron. También sería sugestiva una lectura que pusiera de relieve su carácter poético, que en ocasiones alcanza niveles altísimos de intuición lírica y de expresión simbólica. No menos interesante sería recorrer los salmos considerando los diversos sentimientos del alma humana que manifiestan: alegría, gratitud, acción de gracias, amor, ternura, entusiasmo, pero también intenso sufrimiento, recriminación, solicitud de ayuda y de justicia, que a veces desembocan en rabia e imprecación. En los salmos el ser humano se descubre plenamente a sí mismo.

Nuestra lectura buscará sobre todo destacar el significado religioso de los salmos, mostrando cómo, aun habiendo sido escritos hace muchos siglos por creyentes judíos, pueden ser usados en la oración de los discípulos de Cristo. Para ello nos serviremos de los resultados de la exégesis, pero a la vez veremos lo que nos enseña la Tradición, y sobre todo escucharemos lo que nos dicen los Padres de la Iglesia.

3.
En efecto, los santos Padres, con profunda penetración espiritual, supieron discernir y señalar que Cristo mismo, en la plenitud de su misterio, es la gran «clave» de lectura de los salmos. Estaban plenamente convencidos de que en los salmos se habla de Cristo. Jesús resucitado se aplicó a sí mismo los salmos, cuando dijo a los discípulos: «Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí» (Lc24, 44). Los Padres añaden que en los salmos se habla de Cristo, o incluso que es Cristo mismo quien habla. Al decir esto, no pensaban solamente en la persona individual de Jesús, sino en elChristus totus, en el Cristo total, formado por Cristo cabeza y por sus miembros.

Así nace, para el cristiano, la posibilidad de leer el Salterio a la luz de todo el misterio de Cristo. Precisamente desde esta perspectiva se descubre también la dimensión eclesial, particularmente puesta de relieve por el canto coral de los salmos. De este modo se comprende que los salmos hayan sido tomados, desde los primeros siglos, como oración del pueblo de Dios. Si en algunos períodos históricos prevaleció una tendencia a preferir otras plegarias, fue gran mérito de los monjes el que se mantuviera en alto la antorcha del Salterio. Uno de ellos, san Romualdo, fundador de la Camáldula, en el alba del segundo milenio cristiano —como afirma su biógrafo Bruno de Querfurt— llegó a sostener que los salmos son el único camino para hacer una oración realmente profunda: «Una via in psalmis» (Passio sanctorum Benedicti et Johannes ac sociorum eorumdem:MPHVI, 1893, 427).

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Author: Juan Pablo II

Ioannes Paulus II, de nombre secular Karol Józef Wojtyła (Polonia, 18 de mayo de 1920 - Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005), fue el papa 264 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005. Tras haber sido obispo auxiliar (desde 1958) y arzobispo de Cracovia (desde 1962), se convirtió en el primer papa polaco de la historia, y en el primero no italiano desde 1523. Su pontificado de casi 27 años fue el tercero más largo en la historia de la Iglesia católica. A su muerte, creció el clamor para declararle Santo subito. Fue canonizado en 2014, lo que lo convierte en santo de la Iglesia católica.