El Tiempo Ordinario es aquel que no coincide ni con la Pascua y su Cuaresma, ni con la Navidad y su Adviento. Son treinta y cuatro semanas en el transcurso del año, en las que no se celebra ningún aspecto particular del Misterio de Cristo, pero donde Cristo ‘se hace presente y guía a su Iglesia por los caminos del mundo’, cuando se llama a la comunidad de bautizados a profundizar en el Misterio pascual y a vivirlo en el desarrollo de la vida de todos los días.

Ciclo A

Ciclo B

Ciclo C

Para ver salmos correspondientes a otros ciclos, puede seleccionar el ciclo arriba.

Santísima Trinidad - Señor Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra
Cuerpo y Sangre de Cristo - Tú eres sacerdote eterno, Señor Jesús
Sagrado Corazón de Jesús - El Señor es mi pastor, nada me falta
II - Contad a todos los pueblos las maravillas del Señor
III - Señor, tú tienes palabras de vida eterna
IV - Mi boca anunciara tu salvación
V - Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor
VI - Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
VII - El Señor es compasivo y misericordioso
VIII - Es bueno darte gracias, Señor
IX - Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
X - Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
XI - Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado
XII - Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
XIII - El Señor es mi lote y mi heredad
XIV - Aclamad al Señor, tierra entera
XV - Buscad al Señor y vivirá vuestro corazón
XVI - Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
XVII - Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste
XVIII - Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación
XIX - Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad
XX - Señor, date prisa en socorrerme
XXI - Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
XXII - Preparaste, oh Dios, casa para los pobres
XXIII - Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación
XXIV - Me pondré en camino a donde está mi Padre
XXV - Alabad al Señor, que alza al pobre
XXVI - Alaba, alma mía, al Señor
XXVII - Escucharemos tu voz, Señor
XXVIII - El Señor revela a las naciones su salvación
XXIX - El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra
XXX - Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha
XXXI - Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey
XXXII - Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor
XXXIII - El Señor llega para regir al mundo con justicia
XXXIV - Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor