El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. (R)
el Señor, vestido y ceñido de poder. (R)
Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. (R)
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. (R)