Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies». (R)
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies». (R)
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. (R)
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré,
como rocío, antes de la aurora». (R)
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec». (R)